Grace and courtesy: education for peace
The art of conveying the grace and courtesy is a real education for peace. It is a lifestyle, a way of being, it comes in a natural way when practiced daily as part of life itself .
In Montessori, children are in contact with a world of calm, receiving example of good manners and making
activities that transmit their love for life and respect for the environment around them. It is an Education for Life, children grow generating positive energy that is regenerated when they get in touch with other children.
Grace and courtesy are seeds that germinate in school fed by the environment in which they grow. Grace and courtesy are, without a doubt, seeds sown at home that will give fruit if they are maintained with love.
Lo esencial de la vida
El arte de transmitir la gracia y la cortesía es una verdadera educación para la paz. Es un estilo de vida, una forma de ser, viene natural cuando se practica todos los días como parte de la vida misma.
En Montessori, los niños entran en contacto con un mundo de calma, recibiendo ejemplo de buenos modales y realizando
actividades que les transmiten amor por la vida y respeto por el ambiente que les rodea, crando así una Educación para la Vida, generando energía positiva que se regenera cuando entran en contacto con otros niños.
La gracia y la cortesía, son semillas que germinan en el colegio alimentadas por el medio ambiente en el que crecen. La gracia y la cortesía son, sin lugar a dudas, semillas que se siembran en casa y darán frutos si son cuidadas con amor.
Vida práctica
Cuando lo cotidiano se torna especial
Los ejercicios de Vida Práctica tienen un significado profundo en el desarrollo de la Educación Montessori, pero también, son de los más amados por los pequeños pues les hace sentir útiles, apreciados y sobre todo ¡muy divertidos!
Cada uno de los ejercicios que componen el área de Vida Práctica desarrollan una habilidad física que se desarrolla por medio de los ejercicios musculares que específicamente se proponen en cada ejercicio. El desarrollo de la motricidad, tanto fina como gruesa, es uno de los principales objetivos de estos ejercicios, pero también están involucrados otros aspectos, como por ejemplo el pertenecer a un grupo de amigos, por lo que también las habilidades sociales se ven enriquecidas.
Cuando el niño entra en contacto con un ambiente natural, como si estuviera en casa, se siente con la confianza de movimiento que le permite ser “dueño” de la situación. El realizar cada uno de los ejercicios que componen estas actividades comporta también desarrollar un rol, como en un juego, lo que lo torna divertido. Cada vez que un niño tiene la oportunidad de poder participar en alguno de los ejercicios que pertenecen a esta área: arreglar floreros, limpiar plantas, lavar la loza, lavar ropa, regar macetas, ser “mesero” de la “mesa elegante”, lavar al bebé, lavarse las manos, doblar trapitos, coser, cucharear granos, verter líquidos con goteros o con embudos; en fin, hay un sin fin de ejercicios que se proponen para desarrollar diferentes ciclos de trabajo que involucran el desarrollo de aspectos motores e intelectuales como por ejemplo: motricidad fina, motricidad gruesa, control de movimiento, aumento de tono muscular, aumento de capacidad de atención, aumento de tiempos de concentración, tolerancia a la frustración, aceptación del error, entre otros.
Cada vez que un pequeño toma el rol que le implica el ejercicio, transforma el juego en trabajo, le da sentido a su movimiento, satisface sus necesidades de contacto con elementos de la naturaleza como el agua, la tierra, las plantas, aumenta su autoestima al ser apreciado por los amigos con los que comparte, pero sobre todo, vive su niñez de manera divertida mientras se desarrolla buscando nuevos retos y mayores dificultades.
En El método de la pedagogía científica, la Dra. Montessori escribió: “Los ejercicios de vida práctica transportan la conciencia viva del niño a las diferentes acciones que ejecuta durante el día y de eso resulta una influencia recíproca: el análisis ayuda a la síntesis en sus aplicaciones y viceversa”. Y escribe también”ayudan a perfeccionar al niño, a tranquilizarlo, a hacerlo obediente, atento a sus propios movimientos, capaz de mantener silencio y recogimiento”.
Su semblante tranquilo nos dice que se sienten felices, satisfechos de poder lograr los retos que estas actividades les dan.
A Mayan Tradition: Hanal Pixan at Otoch Paal
Mayan people remember their dead in a unique and original way. Each year, thousands of homes fill up with the scent of the “Cempasuchil” flower (Mexican marigold), which they use to adorn the altars they lay out for their loved ones who have passed away. Mexicans think of death in a distinct way. They fear it and respect it, but they’re also able to laugh at it.
This view of death has prevailed for over 500 years; it started long before the Spanish brought Christianity to Mesoamerica. Both the Aztecs and the Mayans would have many rituals to help their dead on their journey to the underworld, the mythical world of the dead. Death was viewed only as a transitional stage in their universe.
Although the Spanish tried to convert the natives to Catholicism and institutionalized observance of the Day of the Faithful Departed, the natives found a way to continue their ancient traditions in disguise, and they transformed this Catholic tradition into what is known today as the celebration of the Day of the Dead. Meanwhile in the Yucatan Peninsula, the Mayans also honored their dead in slightly different celebration they called Hanal Pixan.
Hanal Pixan translates as “food for the souls”, and it does not only take place on one day, but it’s a celebration that lasts over a week. Most homes are adorned with an altar covered in offerings to welcome the souls of their dead relatives who come to see the living. It is believed that the dead come back to their home to be with their loved ones, to eat their favorite foods and to rest from the long journey, and eventually go back to their mythical resting place again.
Every year, schools hold contests for the best altars. Students often learn about this important tradition by making their own altars at school to participate in the contest. It’s a good way to keep the tradition alive and teach the younger generations about it.
In the countryside, altars are set up the front porch or patio of many homes, or just about anywhere they can fit a table. They often add two more levels to form a three-story altar, covering it with a white table cloth, many times made especially for this occasion. The altar includes crosses, flowers, fruits, palm leaves, gourds with hard liquor, photos and memorabilia from the departed, among other elements.
During the week of Hanal Pixan, there’s a day dedicated to honor the souls of children. Their altars include traditional candy, toys and colorful flowers that are believed to catch the children’s attention.
The offerings for adult souls are more serious, and they include different traditional dishes, such as pib or mucbilpollo (a large tamal cooked in a pit), chachac wajes (a tamal in red sauce), chacbinal (boiled corn), salbutes, atole (a hot, thick cornmeal drink), and other drinks that the departed used to like.
On the last day of this eight-day celebration, called Biix in Mayan language, they hold a mass in honor of the dead to wish them a safe trip back to their mythological resting place. They also light a path with candles on the front porch or patio to guide them on their way.
It’s impressive that these ancient traditions have managed to prevail to this day, in spite of world globalization and influences from foreign customs and celebrations, such as Halloween. Let’s not forget that the importance of Hanal Pixan and the Day of the Dead is to remember those who have passed away.
If you happen to come to the Yucatan during October or the first week of November, remember to ask people where you can see one of these altars so you can experience this special tradition first hand.
Hanal Pixan en Otoch Paal
Como es tradición, celebramos el Hanal Pixán en el Centro Comunitario Maya Otoch Paal
La celebración del Hanal Pixán encuentra sus raíces en costumbres extendidas por los evangelizadores católicos (que a su vez se derivan de celebraciones celtas y de sus propias tradiciones teológicas) y ciertos rasgos mayas prehispánicos. Al correr los años, sus costumbres fueron sufriendo cambios con la llegada de los conquistadores y los misioneros, que adecuaron las antiguas tradiciones a las creencias religiosas y que son las que conservamos hasta nuestros días. Los orígenes de esta celebración se remontan al año 835 en que la iglesia cristiana designa el día 1 de noviembre como el día de los santos difuntos.
Por un lado los mayas prehispánicos no tenían una fecha fija o establecida para celebrar o conmemorar a sus muertos en lo general. En consonancia a la costumbre de enterrar a sus muertos al interior de los basamentos de sus casas, o aprovechando oquedades como cavernas, cuevas e inclusos cenotes y en casos extraordinarios construyendo edificios exclusivos para conservar cadáveres de personas especiales, los mayas prehispánicos les rendían a diario algún tipo de ofrenda a sus antepasados muertos en espacios designados al interior de sus viviendas. Fray Diego de Landa hace una breve pero rica descripción de la disposición de un altar dedicado a muertos evidenciando la importancia de la presencia del difunto mismo en ese espacio, por ejemplo utilizando una figura de barro en cuyo interior se depositaban las cenizas de un antepasado. No existía la idea del regreso de los muertos en ninguna fecha, al contrario, se sabe que existía todo un peregrinar entre los niveles del yaxché (o ceiba, árbol sagrado) para alcanzar su destino final, según sus actos.
Los niños del Centro Comunitario, dedicaron el altar a María Montessori y explicaron la simbología de los elementos que pusieron para adornarlo.
The beginning of a new cycle
Each school year is the beginning of new challenges that are based on trust and pride, that is how we feel when we see what has been achieved in all these years of enjoying the work done at the Otoch Paal Community Center.
Despite the difficulties encountered, the passion to move forward has given us the strength to face the situation and find ways to solve problems.
When we look at the kids, and enjoy their smiles, then a question comes to our mind: How could we stop doing our work? How could it be possible to stop feeling happy when observing the concentration and dedication of those children?
Definitely, to see the children who arrive unable to control their impulses, without knowing how to manage their time, unable to concentrate on a task, and then, to see them working as you can observe in these pictures, make each one of the Guides and Teachers working in the Otoch Paal Community Center, find meaning to the everyday effort, and feel motivated to give the best of them to each one of the children in the Community.
With these images, we want to share a little of what it means “working” for the children of this community center: concentration, dedication, happiness, serenity, accuracy, want to know more, admiration, curiosity to discover all this and more in the work done with each one of the Montessori material.
We feel grateful to begin a cycle in the great cycle of life Montessori.
Un ciclo que comienza
Cada ciclo escolar que comienza es el inicio de nuevos retos que parten de la confianza y orgullo que sentimos al ver lo que se ha logrado en estos años de disfrutar el trabajo que se realiza en el Centro Comunitario Otoch Paal. A pesar de las dificultades que se presentan, la pasión por seguir adelante nos ha dado la fortaleza para afrontar las situaciones y encontrar la forma de resolver dificultades.
Y miramos a los niños, y disfrutamos de sus sonrisas y nos viene una reflexión: ¿Cómo no sentirse satisfechos cuando se pueden observar las miradas de concentración y dedicación en el trabajo que realizan los niños?
Definitivamente, ver que los pequeños que llegan sin poder controlar sus impulsos, sin saber administrar sus tiempos, sin lograr concentrarse en una tarea, trabajan de este modo, hace que en cada una de las Guías y Maestras que trabajan en el Centro Comunitario Otoch Paal encuentren sentido a su hacer y se esfuercen capacitándose para dar lo mejor de ellas a los niños que llegan.
Con estas imágenes queremos compartir un poco de lo que significa “trabajar” para los niños de este Centro Comunitario: concentración, dedicación, felicidad, serenidad, precisión, deseos de saber más, admiración, curiosidad para descubrir, todo esto y mucho más en el trabajo que realizan con los materiales de desarrollo Montessori.
Agradecidos de poder iniciar un ciclo más, en el gran ciclo de vida Montessori.
31 de agosto, 1870: Natalicio de María Montessori
Para conmemorar el natalicio de María Montessori, un 31 de agosto en el año 1870, en Chiaravalle, un pequeño poblado italiano, he seleccionado una conferencia que María Montessori dictó (1946) en la que cuenta cómo es que el Método llegó a ser conocido como “Método Montessori” sin que así ella se lo propusiera y de los orígenes de lo que ahora es la pedagogía Montessori, difundida por todo el mundo.
“Quiero decir unas palabras entablando una conversación antes de entrar en un estudio serio, debido a que hay cientos de métodos de educación existentes hoy en día y es difícil orientarse entre tantos. Este método que lleva mi nombre es considerado como uno de los muchos otros métodos diferentes y debido a esto pueden surgir dudas y conclusiones; se puede llegar a confundir en vez de aclarar las ideas. Por lo tanto, me gustaría aclarar la diferencia entre éste método y otros, que se deben a los esfuerzos de personas de talento, dotadas de un gran amor por humanidad. Me gustaría dejar claro que, si bien este método lleva mi nombre, sus resultados positivos no se deben a los esfuerzos del pensador quien ha ideado algo, sino que se deben al niño mismo que los ha desarrollado mediante el trabajo. Lo que nosotros estudiamos en nuestro método tiene su origen en el niño. El método se basa en el seguimiento del niño y su psicología. Es objetivo y no subjetivo como todos los demás. Siempre se basa en la habilidad de ser capaz de trabajar en las abstracciones hechas sobre los fenómenos procedentes del propio niño. El método objetivo se basa exclusivamente en la observación, la observación de los hechos. En este sentido, mí método es completamente diferente de los que provenían de algunas personas que se han basado en otras teorías.
Ustedes pueden preguntarse, por qué se le llama el Método Montessori, por qué lleva mi nombre. Bueno, ¡nunca lo llame así! Este es el primer punto que deseo dejar claro. El título que le di a un libro que da detalles del estilo de trabajo al que me refiero fue “El Método Científico de la Pedagogía Aplicada para la Educación de los Niños en las Casas de los Niños”. Era un método de la pedagogía científica. Cada ciencia tiene un método y se trataba de un método aplicado a la pedagogía. Cuando llegó el momento de traducirlo al Inglés, lo que sucedió en los Estados Unidos de Norteamérica, los editores, dijeron “Dios mío, ¡qué largo título! Vamos a hacerlo más sencillo. Llamémosle Método Montessori”. Todas las publicaciones en inglés han llevado ese nombre desde entonces.
El nombre, como siempre, no era de importancia y no despertó interés. Lo que ha despertado el interés ha sido el hecho de que un método científico estaba siendo aplicado a la educación. No era el titulo o la pretensión científica lo importante. ¿Cómo es posible encontrar un nombre para algo nuevo que pasa en el mundo? Éste era el nuevo fenómeno que tomó lugar, que era de importancia y éste fenómeno se originó de los niños.
Me gustaría decir unas palabras acerca de lo que los científicos pretendían en ese momento, que fue hace cuarenta o cincuenta años atrás. La pedagogía científica surgió por la buena intensión de cierta gente que deseaba mejorar las condiciones de las escuelas de entonces que estaban padeciendo de los errores cometidos por más de 200 años; por supuesto quienes los padecían eran los niños. Un remedio era necesario y la única forma de llevar a cabo una reforma era haciéndolo científicamente. Por lo tanto, el nuevo método era llamado Pedagogía Científica. La idea era esta, “Conozcamos al niño primero para educarlo”. El primer problema era cómo conocer a los niños.
Entonces dijimos “Vamos a hacer lo poco que podamos”, y lo hicimos. Comenzamos midiendo el cuerpo para ver cuánto median los niños a cierta edad, el tamaño de sus cabezas, el tamaño de sus narices, etc. Hicimos un estudio antropológico. Al igual que unos registros de sus historias personales, de las enfermedades que tuvieron, el historial de sus familias, al estrato social al que sus padres pertenecían, etc. Huellas de estos 50 años de esfuerzos aún quedan en algunas escuelas en la forma de Historias de Desarrollo individuales de cada alumno. A través de registrar la historia biológica de los niños y midiendo sus narices, orejas, etc., la gente esperaba aprender conocer a los niños.
Esto, por supuesto, era imposible. Porque, después, ya que habíamos hecho todo esto, sabíamos tanto de la psicología de los niños cuanto al inicio del proyecto: nada. Entonces se abandonó el método; sin embargo, esto mostró las buenas intenciones de las personas que querían poner remedio a las condiciones en las que trabajaban las escuelas.
Se hizo otro intento, las pruebas vinieron. Pruebas de psicología experimental. Binet fue el primero, muchos otros siguieron y continúan prosperando en las que son llamadas escuelas progresivas. Ahora, estas pruebas nos dieron idea de la sicología del niño, nos mostraron el nivel de inteligencia que posee, nos brindaron una luz de su desarrollo. Son interesantes y yo utilicé algunas de ellas en mis primeros cursos, porque estas pruebas despiertan cierta cantidad de deseo de conocer la psicología del individuo.
Pero después de haber aprendido todo lo que las pruebas mentales pudieran enseñarme acera de la psicología individual, ¿qué voy a hacer? Estas pruebas me mostraron los logros que el niño había alcanzado, pero no me mostraron cómo enseñar. El problema es desarrollar una ciencia de educación. Midiendo sus orejas, nariz, pecho, etc., midiendo el desarrollo mental no nos da una idea de cómo educar. Había algo esencial que faltaba en todos estos intentos, la pedagogía. La educación se mantuvo por un lado y el estudio del individuo permaneció en otro. Es muy difícil combinar estas dos cosas y, por consiguiente, la combinación nunca se hizo.
Cuando un individuo tiene grandes defectos ensimismo, no se puede proceder, ya que ni ideas brillantes, ni sentimientos nobles o programas especiales pueden ayudarlo. Solamente una cosa es posible: si uno trata de educar a un niño con alguna deficiencia mental sólo por medio de la palabra, del lenguaje, será un trabajo inútil, ya que ese niño no puede entender, no será capaz de responder las pruebas mentales que se le apliquen ya que no podrá responderlas.
¿Qué se puede hacer? Es necesario abordar el problema de forma indirecta y atraer su atención, es necesario hacer algo más que el simple uso de la palabra para resolver la parte que está faltando en su naturaleza, es imprescindible darle la oportunidad de hablar, que logre comunicarse con otros: algo muy diferente a simplemente obedecer, como lo hacen en las escuelas para niños normales. Incluso, aquí también ni las medidas, ni las pruebas de inteligencia son de ninguna ayuda. El niño sigue siendo un enigma, un problema. Estos acercamientos no mostraron resultados, no pueden dar ninguna ayuda para obtener una solución. La única manera posible de educarlos es hacer uso de las energías que están disponibles. Un nuevo método deberá ser aplicado. La educación de estos niños no puede ser filosófica. Para educarlos, uno deberá mantenerse estrictamente apegado la realidad, a una realidad muy limitada. Uno sólo puede hacer lo que le sea posible y hacerlo indirectamente. Es necesario darle vida a éste niño antes de que él pueda podamos tener su atención. Se deberá hacer un esfuerzo especial.
Si alguien fue capaz de tener éxito en la educación del niño anormal, debió haber utilizado algún método científico novedoso, porque no se puede tomar de la pedagogía actual. Hay una base científica, la educación de los sentidos, una formación determinada que se aplica a estos individuos. Esto fue el primer logro real en la pedagogía científica, porque siguió el método con el que fueron educados esos niños relegados. No fue meramente una transmisión de conocimientos, el individuo se volvió más poderoso, más perfecto, feliz, más enérgico que antes. Fue un milagro. Fue demostrado que si tenemos una verdadera pedagogía científica debemos olvidar todo y dar toda nuestra alma para este propósito. Ustedes deberán aplicar de forma indirecta toda la ciencia que tienen en su mente para transformar, enriquecer, perfeccionar y ayudar a una personalidad. No se trata de trasmitir conocimientos nada más.
Entonces hay dos planes: uno es el dar conocimientos, seguir una planeación. El otro es ver la vida del hombre y servirle, y en el servirle, ayudar a la humanidad.
Este último es el único que realmente vale la pena, mientras que el propósito de la educación deberá ser un individuo más perfecto o de lo contrario, la educación no sirve para nada. He ahí el ideal de la educación: deberemos tener amor a la humanidad no un plan preconcebido para aplicar.
Hay un caso paralelo al de los niños con retrasos o deficiencias mentales: el del recién nacido. La educación deberá comenzar desde el nacimiento. Ahora todos decimos esto. Pero qué problema, ¡cómo uno puede ayudar a un niño que no habla, que no puede entender o moverse! Si queremos tener éxito, tendremos, sin duda, que hacer un trabajo científico. La educación comienza con el nacimiento del niño, pero sus dictámenes deberán provenir del niño, no de nosotros.
El suceso más interesante ocurrió cuando apliqué algo de la pedagogía desarrollada para niños anormales a niños normales. Un fenómeno ocurrió por casualidad, el cual describiré en detalle más tarde. El hecho que emergió fue inesperado, milagroso, lo más maravilloso, porque vino del alma enferma de niños pequeños normales. Fue la revelación del gran poder existente en el hombre a una edad cuando él no es considerado para nada, cuando es sólo un niño pequeño. Estos niños pequeños inflamados de alegría, comenzaron a leer y escribir. Ningún maestro les había enseñado y ellos leyeron y escribieron desde la mañana hasta la noche. Su gozo era como una flama. Lo importante era esta súbita revelación de la psicología del niño. Su logro no se debió a la acción de un educador, esto fue una revelación del poder del niño pequeño. La gente imaginó que esto fue el resultado de un hermoso método de educación, pero no fue así. Esto fue la expresión del poder del niño. Una revelación de algo que no se sabía antes. Todo el mundo dijo que yo tenía un hermoso método que les dio la habilidad a los niños, y todo el mundo estuvo entusiasmado por esto, pero no fueron ni la escuela ni el método los que produjeron el fenómeno. Lo importante fue el descubrimiento del sorprendente poder del niño pequeño. La gente hizo mucho espaviento acerca del método, pero yo estaba perdida en la admiración del alma de los niños pequeños; ante la realización de que los niños de esta edad, cuatro años de edad, tuvieran este gran poder, esta gran inteligencia. Los niños mayores, aquellos de nueve años, eran menos inteligentes. Esta fue la primera vez que tuvimos una demostración que la inteligencia del hombre no progresa hacia delante, haciéndose cada vez mayor. En las diferentes edades hay diferentes mentalidades. Hay un tipo de mente en los menores, diferente de la de los mayores.
También, por primera vez, nos dimos cuenta que los niños pequeños tienen poderes que se pierden más tarde. Es una cuestión de la evolución de cada vida individual. En el primer año de vida tenemos grandes potencialidades y un gran poder que no es tomado en consideración y que, por lo tanto, llega a perderse.
Una vez que se habían dado cuenta de que cada uno tiene una oportunidad de observar la misma cosa, por ejemplo: a un niño de 14 años se le dificulta memorizar palabras, mientras que un niño de 5 años puede memorizarlas fácilmente y con placer. No es verdad que con el desarrollo obtengamos más poder. Existen diferentes periodos en la vida durante los cuales podemos adquirir diferentes habilidades. Los niños pequeños pueden hacer cosas que los mayores no pueden hacer más. Los niños de 0-6 años tienen un poder que desaparece por completo después de esa edad debido a que esa es la edad de la creación. Por ejemplo, nosotros no podemos ni siquiera producir un diente, mientras que ellos durante su desarrollo llegan a producir todos los dientes. Ese es un poder físico peculiar de esa edad. Sin embargo, sucede lo mismo en el campo sicológico. Hay periodos en desarrollo psíquico que le dan al niño la capacidad que ningún método puede darle. El segundo descubrimiento fue precisamente el de “Los Periodos Sensitivos”. Estos son periodos en el desarrollo psicológico durante los cuales el niño tiene capacidades muy poderosas.
Así que observamos que tenemos que hacer un nuevo plan. Debemos estudiar al niño en relación a estos poderes desde el inicio de su vida, desde el nacimiento. Debemos estudiar y observar tan misterioso evento: el inicio de la vida síquica del hombre.
El niño pequeño es el creador de la mente del adulto. Esta creación deberá ser estudiada en la secuencia de sus fenómenos. Debemos saber la psicología del niño pequeño si queremos ayudar a la vida. Debemos estudiar su profunda y misteriosa sicología, observar la línea de su desarrollo y encontrar qué ayuda debemos dar en el momento preciso.
Cómo hacer esto será explicado con detalle más adelante.
Ahora sabemos que debemos utilizar estas energías ocultas y para hacer eso debemos primero conocerlas. Debemos hacer un plan de desarrollo con la guía que el niño nos da a través de los poderes que él nos va revelando mientras lo observamos. No debemos proceder con nuestras propias ideas o con nuestros prejuicios, no mediante un método preconcebido, sino observando al niño. La personalidad del niño se encuentra con altivez a la mitad del gran problema de la educación. Él es el único maestro existente en este plan. Este niño que se nos presenta con sus maravillosas energías ocultas, es quien deberá dirigir nuestros esfuerzos. Cuando decimos que el niño es nuestro maestro nos referimos a que sus revelaciones son las que debemos tomar en cuanta como nuestra guía. Si usted no entiende esto, no tiene sentido. Nuestro punto de inicio deberá ser la revelación de estas características del individuo humano. Yo digo que debemos tomar al niño como nuestro maestro. Probablemente ustedes objetarán diciendo que debemos educar al niño, que debemos darle esta o aquella información, que él deberá aprender esto y aquello. Pero, yo les digo que no tengan estos prejuicios, porque cuando sus energías son liberadas, el niño es más capaz de aprender que antes. Entonces, yo digo que este es el Método del Niño, no el Método Montessori.”
María Montessori, Chiaravalle, Italia 31 de agosto de 1870 – Noordwijk, Holanda, 6 de mayo de 1952
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