31 de agosto, 1870: Natalicio de María Montessori
Para conmemorar el natalicio de María Montessori, un 31 de agosto en el año 1870, en Chiaravalle, un pequeño poblado italiano, he seleccionado una conferencia que María Montessori dictó (1946) en la que cuenta cómo es que el Método llegó a ser conocido como “Método Montessori” sin que así ella se lo propusiera y de los orígenes de lo que ahora es la pedagogía Montessori, difundida por todo el mundo.
“Quiero decir unas palabras entablando una conversación antes de entrar en un estudio serio, debido a que hay cientos de métodos de educación existentes hoy en día y es difícil orientarse entre tantos. Este método que lleva mi nombre es considerado como uno de los muchos otros métodos diferentes y debido a esto pueden surgir dudas y conclusiones; se puede llegar a confundir en vez de aclarar las ideas. Por lo tanto, me gustaría aclarar la diferencia entre éste método y otros, que se deben a los esfuerzos de personas de talento, dotadas de un gran amor por humanidad. Me gustaría dejar claro que, si bien este método lleva mi nombre, sus resultados positivos no se deben a los esfuerzos del pensador quien ha ideado algo, sino que se deben al niño mismo que los ha desarrollado mediante el trabajo. Lo que nosotros estudiamos en nuestro método tiene su origen en el niño. El método se basa en el seguimiento del niño y su psicología. Es objetivo y no subjetivo como todos los demás. Siempre se basa en la habilidad de ser capaz de trabajar en las abstracciones hechas sobre los fenómenos procedentes del propio niño. El método objetivo se basa exclusivamente en la observación, la observación de los hechos. En este sentido, mí método es completamente diferente de los que provenían de algunas personas que se han basado en otras teorías.
Ustedes pueden preguntarse, por qué se le llama el Método Montessori, por qué lleva mi nombre. Bueno, ¡nunca lo llame así! Este es el primer punto que deseo dejar claro. El título que le di a un libro que da detalles del estilo de trabajo al que me refiero fue “El Método Científico de la Pedagogía Aplicada para la Educación de los Niños en las Casas de los Niños”. Era un método de la pedagogía científica. Cada ciencia tiene un método y se trataba de un método aplicado a la pedagogía. Cuando llegó el momento de traducirlo al Inglés, lo que sucedió en los Estados Unidos de Norteamérica, los editores, dijeron “Dios mío, ¡qué largo título! Vamos a hacerlo más sencillo. Llamémosle Método Montessori”. Todas las publicaciones en inglés han llevado ese nombre desde entonces.
El nombre, como siempre, no era de importancia y no despertó interés. Lo que ha despertado el interés ha sido el hecho de que un método científico estaba siendo aplicado a la educación. No era el titulo o la pretensión científica lo importante. ¿Cómo es posible encontrar un nombre para algo nuevo que pasa en el mundo? Éste era el nuevo fenómeno que tomó lugar, que era de importancia y éste fenómeno se originó de los niños.
Me gustaría decir unas palabras acerca de lo que los científicos pretendían en ese momento, que fue hace cuarenta o cincuenta años atrás. La pedagogía científica surgió por la buena intensión de cierta gente que deseaba mejorar las condiciones de las escuelas de entonces que estaban padeciendo de los errores cometidos por más de 200 años; por supuesto quienes los padecían eran los niños. Un remedio era necesario y la única forma de llevar a cabo una reforma era haciéndolo científicamente. Por lo tanto, el nuevo método era llamado Pedagogía Científica. La idea era esta, “Conozcamos al niño primero para educarlo”. El primer problema era cómo conocer a los niños.
Entonces dijimos “Vamos a hacer lo poco que podamos”, y lo hicimos. Comenzamos midiendo el cuerpo para ver cuánto median los niños a cierta edad, el tamaño de sus cabezas, el tamaño de sus narices, etc. Hicimos un estudio antropológico. Al igual que unos registros de sus historias personales, de las enfermedades que tuvieron, el historial de sus familias, al estrato social al que sus padres pertenecían, etc. Huellas de estos 50 años de esfuerzos aún quedan en algunas escuelas en la forma de Historias de Desarrollo individuales de cada alumno. A través de registrar la historia biológica de los niños y midiendo sus narices, orejas, etc., la gente esperaba aprender conocer a los niños.
Esto, por supuesto, era imposible. Porque, después, ya que habíamos hecho todo esto, sabíamos tanto de la psicología de los niños cuanto al inicio del proyecto: nada. Entonces se abandonó el método; sin embargo, esto mostró las buenas intenciones de las personas que querían poner remedio a las condiciones en las que trabajaban las escuelas.
Se hizo otro intento, las pruebas vinieron. Pruebas de psicología experimental. Binet fue el primero, muchos otros siguieron y continúan prosperando en las que son llamadas escuelas progresivas. Ahora, estas pruebas nos dieron idea de la sicología del niño, nos mostraron el nivel de inteligencia que posee, nos brindaron una luz de su desarrollo. Son interesantes y yo utilicé algunas de ellas en mis primeros cursos, porque estas pruebas despiertan cierta cantidad de deseo de conocer la psicología del individuo.
Pero después de haber aprendido todo lo que las pruebas mentales pudieran enseñarme acera de la psicología individual, ¿qué voy a hacer? Estas pruebas me mostraron los logros que el niño había alcanzado, pero no me mostraron cómo enseñar. El problema es desarrollar una ciencia de educación. Midiendo sus orejas, nariz, pecho, etc., midiendo el desarrollo mental no nos da una idea de cómo educar. Había algo esencial que faltaba en todos estos intentos, la pedagogía. La educación se mantuvo por un lado y el estudio del individuo permaneció en otro. Es muy difícil combinar estas dos cosas y, por consiguiente, la combinación nunca se hizo.
Cuando un individuo tiene grandes defectos ensimismo, no se puede proceder, ya que ni ideas brillantes, ni sentimientos nobles o programas especiales pueden ayudarlo. Solamente una cosa es posible: si uno trata de educar a un niño con alguna deficiencia mental sólo por medio de la palabra, del lenguaje, será un trabajo inútil, ya que ese niño no puede entender, no será capaz de responder las pruebas mentales que se le apliquen ya que no podrá responderlas.
¿Qué se puede hacer? Es necesario abordar el problema de forma indirecta y atraer su atención, es necesario hacer algo más que el simple uso de la palabra para resolver la parte que está faltando en su naturaleza, es imprescindible darle la oportunidad de hablar, que logre comunicarse con otros: algo muy diferente a simplemente obedecer, como lo hacen en las escuelas para niños normales. Incluso, aquí también ni las medidas, ni las pruebas de inteligencia son de ninguna ayuda. El niño sigue siendo un enigma, un problema. Estos acercamientos no mostraron resultados, no pueden dar ninguna ayuda para obtener una solución. La única manera posible de educarlos es hacer uso de las energías que están disponibles. Un nuevo método deberá ser aplicado. La educación de estos niños no puede ser filosófica. Para educarlos, uno deberá mantenerse estrictamente apegado la realidad, a una realidad muy limitada. Uno sólo puede hacer lo que le sea posible y hacerlo indirectamente. Es necesario darle vida a éste niño antes de que él pueda podamos tener su atención. Se deberá hacer un esfuerzo especial.
Si alguien fue capaz de tener éxito en la educación del niño anormal, debió haber utilizado algún método científico novedoso, porque no se puede tomar de la pedagogía actual. Hay una base científica, la educación de los sentidos, una formación determinada que se aplica a estos individuos. Esto fue el primer logro real en la pedagogía científica, porque siguió el método con el que fueron educados esos niños relegados. No fue meramente una transmisión de conocimientos, el individuo se volvió más poderoso, más perfecto, feliz, más enérgico que antes. Fue un milagro. Fue demostrado que si tenemos una verdadera pedagogía científica debemos olvidar todo y dar toda nuestra alma para este propósito. Ustedes deberán aplicar de forma indirecta toda la ciencia que tienen en su mente para transformar, enriquecer, perfeccionar y ayudar a una personalidad. No se trata de trasmitir conocimientos nada más.
Entonces hay dos planes: uno es el dar conocimientos, seguir una planeación. El otro es ver la vida del hombre y servirle, y en el servirle, ayudar a la humanidad.
Este último es el único que realmente vale la pena, mientras que el propósito de la educación deberá ser un individuo más perfecto o de lo contrario, la educación no sirve para nada. He ahí el ideal de la educación: deberemos tener amor a la humanidad no un plan preconcebido para aplicar.
Hay un caso paralelo al de los niños con retrasos o deficiencias mentales: el del recién nacido. La educación deberá comenzar desde el nacimiento. Ahora todos decimos esto. Pero qué problema, ¡cómo uno puede ayudar a un niño que no habla, que no puede entender o moverse! Si queremos tener éxito, tendremos, sin duda, que hacer un trabajo científico. La educación comienza con el nacimiento del niño, pero sus dictámenes deberán provenir del niño, no de nosotros.
El suceso más interesante ocurrió cuando apliqué algo de la pedagogía desarrollada para niños anormales a niños normales. Un fenómeno ocurrió por casualidad, el cual describiré en detalle más tarde. El hecho que emergió fue inesperado, milagroso, lo más maravilloso, porque vino del alma enferma de niños pequeños normales. Fue la revelación del gran poder existente en el hombre a una edad cuando él no es considerado para nada, cuando es sólo un niño pequeño. Estos niños pequeños inflamados de alegría, comenzaron a leer y escribir. Ningún maestro les había enseñado y ellos leyeron y escribieron desde la mañana hasta la noche. Su gozo era como una flama. Lo importante era esta súbita revelación de la psicología del niño. Su logro no se debió a la acción de un educador, esto fue una revelación del poder del niño pequeño. La gente imaginó que esto fue el resultado de un hermoso método de educación, pero no fue así. Esto fue la expresión del poder del niño. Una revelación de algo que no se sabía antes. Todo el mundo dijo que yo tenía un hermoso método que les dio la habilidad a los niños, y todo el mundo estuvo entusiasmado por esto, pero no fueron ni la escuela ni el método los que produjeron el fenómeno. Lo importante fue el descubrimiento del sorprendente poder del niño pequeño. La gente hizo mucho espaviento acerca del método, pero yo estaba perdida en la admiración del alma de los niños pequeños; ante la realización de que los niños de esta edad, cuatro años de edad, tuvieran este gran poder, esta gran inteligencia. Los niños mayores, aquellos de nueve años, eran menos inteligentes. Esta fue la primera vez que tuvimos una demostración que la inteligencia del hombre no progresa hacia delante, haciéndose cada vez mayor. En las diferentes edades hay diferentes mentalidades. Hay un tipo de mente en los menores, diferente de la de los mayores.
También, por primera vez, nos dimos cuenta que los niños pequeños tienen poderes que se pierden más tarde. Es una cuestión de la evolución de cada vida individual. En el primer año de vida tenemos grandes potencialidades y un gran poder que no es tomado en consideración y que, por lo tanto, llega a perderse.
Una vez que se habían dado cuenta de que cada uno tiene una oportunidad de observar la misma cosa, por ejemplo: a un niño de 14 años se le dificulta memorizar palabras, mientras que un niño de 5 años puede memorizarlas fácilmente y con placer. No es verdad que con el desarrollo obtengamos más poder. Existen diferentes periodos en la vida durante los cuales podemos adquirir diferentes habilidades. Los niños pequeños pueden hacer cosas que los mayores no pueden hacer más. Los niños de 0-6 años tienen un poder que desaparece por completo después de esa edad debido a que esa es la edad de la creación. Por ejemplo, nosotros no podemos ni siquiera producir un diente, mientras que ellos durante su desarrollo llegan a producir todos los dientes. Ese es un poder físico peculiar de esa edad. Sin embargo, sucede lo mismo en el campo sicológico. Hay periodos en desarrollo psíquico que le dan al niño la capacidad que ningún método puede darle. El segundo descubrimiento fue precisamente el de “Los Periodos Sensitivos”. Estos son periodos en el desarrollo psicológico durante los cuales el niño tiene capacidades muy poderosas.
Así que observamos que tenemos que hacer un nuevo plan. Debemos estudiar al niño en relación a estos poderes desde el inicio de su vida, desde el nacimiento. Debemos estudiar y observar tan misterioso evento: el inicio de la vida síquica del hombre.
El niño pequeño es el creador de la mente del adulto. Esta creación deberá ser estudiada en la secuencia de sus fenómenos. Debemos saber la psicología del niño pequeño si queremos ayudar a la vida. Debemos estudiar su profunda y misteriosa sicología, observar la línea de su desarrollo y encontrar qué ayuda debemos dar en el momento preciso.
Cómo hacer esto será explicado con detalle más adelante.
Ahora sabemos que debemos utilizar estas energías ocultas y para hacer eso debemos primero conocerlas. Debemos hacer un plan de desarrollo con la guía que el niño nos da a través de los poderes que él nos va revelando mientras lo observamos. No debemos proceder con nuestras propias ideas o con nuestros prejuicios, no mediante un método preconcebido, sino observando al niño. La personalidad del niño se encuentra con altivez a la mitad del gran problema de la educación. Él es el único maestro existente en este plan. Este niño que se nos presenta con sus maravillosas energías ocultas, es quien deberá dirigir nuestros esfuerzos. Cuando decimos que el niño es nuestro maestro nos referimos a que sus revelaciones son las que debemos tomar en cuanta como nuestra guía. Si usted no entiende esto, no tiene sentido. Nuestro punto de inicio deberá ser la revelación de estas características del individuo humano. Yo digo que debemos tomar al niño como nuestro maestro. Probablemente ustedes objetarán diciendo que debemos educar al niño, que debemos darle esta o aquella información, que él deberá aprender esto y aquello. Pero, yo les digo que no tengan estos prejuicios, porque cuando sus energías son liberadas, el niño es más capaz de aprender que antes. Entonces, yo digo que este es el Método del Niño, no el Método Montessori.”
María Montessori, Chiaravalle, Italia 31 de agosto de 1870 – Noordwijk, Holanda, 6 de mayo de 1952
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Diez principios Montessorianos
En el Ambiente Preparado Montessori, el niño encuentra todo lo necesario para desarrollar una serie de habilidades que le ayudan a construir su personalidad. En casa, podemos seguir fomentando este desarrollo proporcionándole a nuestro hijo un ambiente en donde encuentre las posibilidades de continuar el proceso que va construyendo en el colegio.
Esto se puede resumir en diez principios que fácilmente podemos poner en práctica en casa:
1. OBSERVACIÓN y ATENCIÓN. Debes seguir al niño. Este es el más importante principio de todos y debe seguirse a cualquier edad. Debemos respetar y honrar el interés y la necesidad de cada uno de nuestros hijos, sólo observando y poniendo atención en su hacer podrémos saber cuales son sus necesidades.
2. LIBERTAD que genera DISCIPLINA. Dale a tu hijo la libertad de explorar en espacios cerrados y abiertos por igual, siempre y cuando sea seguro y utilice esa libertad de manera positiva, esto desarrolla su sentido de responsabilidad y le ayudará a desarrollar la disciplina.
3. TOMA DE DECISIONES. Dale a tu hijo la oportunidad de utilizar las manos tanto como sea posible. Tu hijo debe estar expuesto a todas las experiencias concretas que tengan que ver con el uso de sus manos para después lograr la abstracción de conceptos.
4. DESARROLLO DE INDEPENDENCIA. Promueve todo tipo de ejercicios de Vida Práctica y Sensorial. Estos ejercicios promueven su independencia, coordinación, concentración y orden. Además, estos ejercicios son una preparación indirecta para otras áreas de aprendizaje como matemáticas y lenguaje.
5. MOTIVACIÓN AL TRABAJO. Ten utensilios y materiales de su tamaño a la mano en cajones y estantes de fácil acceso, esto promueve la repetición de ejercicios.
6. DESARROLLO DE CONCENTRACIÓN. No interrumpas sus ciclos de trabajo (o juego). Dale la oportunidad de ir construyendo períodos de concentración cada vez más largos.
7. AUTO-EVALUACIÓN. Evita los premios y castigos. Dale la oportunidad de reconocer su propio esfuerzo y de sentir satisfacción después de lograr una tarea.
8. SEGURIDAD. Muéstrale cómo. Cuando no sepa cómo utilizar algo, hazle una demostración con secuencia de pasos. Que tus movimientos sean lentos y precisos, esto le dará seguridad en sí mismo al poder realizar las actividades correctamente por él solo.
9. DESARROLLO DEL ORDEN. Que el ambiente que lo rodea sea ordenado y atractivo. El orden externo promueve el orden interno y la inteligencia.
10. CONTROL DEL ERROR. Cuando le ofrezcas una actividad nueva, revisa que aisle una sola dificultad (si se trata de clasificar colores, que solo sea esa cualidad. No incluyas cualidades como tamaño y forma en el mismo ejercicio). Cuando se trata de una sola dificultad el error será tan evidente, que lo detectará solo.
Si tienes alguna duda, acércate a la Guía del ambiente de tu hijo, recuerda que la comunicación entre casa y escuela es muy importante para el desarrollo adecuado de nuestros niños.
¿CÓMO ES UN NIÑO MONTESSORI?
SE RESPETA A SÍ MISMO Y A LOS DEMÁS. Los niños Montessori saben que tienen derechos y merecen ser respetados. Esto lleva a la conciencia de que los demás también merecen los mismos derechos.
Es muy difícil para una persona respetar a los demás si no hay un respeto para ella misma. Los niños Montessori tienen un maravilloso sentido de responsabilidad comunitaria.
DEMUESTRA AUTOESTIMA. La autoestima del niño Montessori no depende de la alabanza de un adulto, es más bien un sentimiento sano y sólido de orgullo personal, basado en sus logros y capacidades reales.
ES AUTO-SUFICIENTE. Algo en apariencia tan simple como desabotonar su propia chaqueta, puede ser la tarea más importante para un niño, ya que le da un increíble sentido de orgullo el poder ser autosuficiente. A los niños Montessori se les da la oportunidad de sentir la alegría de la autosuficiencia y el tiempo para practicar las habilidades necesarias para lograrla.
REALIZA AUTO-EVALUACIONES. El niño Montessori es capaz de auto-evaluarse, reflexiona sobre su propio trabajo o su comportamiento y puede evaluar independientemente sus éxitos, así como las áreas que necesita revisar. Estrellas doradas (de premio) o rincones de castigo no existen en un aula Montessori.
MANIFIESTA AUTO-CONTROL. El currículum académico y social ayuda al niño a ejercitar su mente y su conciencia a el punto en que desean tener control de sí mismos. Las actividades físicas fortalecen la gracia y el control del cuerpo de manera que estas buenas intenciones puedan ser una realidad y se logre una auténtica auto-disciplina.
TRABAJAN CON AUTO-MOTIVACIÓN. Los niños en un aula Montessori no escogen la opción más fácil, porque les gusta el proceso de intentar un desafío o un nuevo reto, tanto como disfrutan la sensación de completarlo o lograrlo. Los niños Montessori son aprendices entusiastas y curiosos, y están siempre en la búsqueda de nuevas ideas o experiencias.
En el vivir cotidiano, todos somos maestros, todos aprendemos constantemente
Para celebrar el regalo de “ser maestros” comparto en este día tan especial alunas frases de personajes, algunos más famosos que otros, para reflexionar. Porque todos somos maestros en esta vida, y todos aprendemos constantemente de quienes conviven con nosotros en el diario vivir.
• Estimular la vida, dejándola libre de desenvolverse: he aquí la misión del educador.
María Montessori
• De mis maestros he aprendido mucho; de mis colegas más que de mis profesores. Pero de mis alumnos he aprendido más que de todos. Cuando dejas de aprender, dejas de crecer.
Francisco Méndez
• “Educar a un niño no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía”
John Ruskin
• Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida.
Pitágoras
• Educar en la igualdad y el respecto es educar contra la violencia.
Benjamín Franklin
• La educación no crea al hombre, le ayuda a crearse a sí mismo.
Maurice Debesse
•La buena maestra buscará, la contribución que aún el más pequeño pueda aportar.
María Montessori
• El objeto más noble que puede ocupar el hombre es ilustrar a sus semejantes.
Simón Bolívar
• Un profesor es el que te enseña, un maestro es del que aprendes. Enseñando aprendemos
Séneca
• Enseñar es aprender dos veces
Joseph Joubert
• Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres
Pitágoras
• El secreto de la educación está en el respeto al discípulo
Ralph W. Emerson
• Un profesor trabaja para la eternidad: nadie puede predecir dónde acabará su influencia
H.B. Adams
• La educación consiste en enseñar a los hombres, no lo que deben pensar, sino a pensar
(Calvin Goolidge)
• El buen maestro hace que el mal estudiante se convierta en bueno y el
buen estudiante en superior.
Maruja Torres
• Dar amor, constituye en sí, dar educación.
Eleonor Roosevelt
• Enseñar es un ejercicio de inmortalidad.
Ruben Alves
• No es suficiente que la maestra se limite a amar y comprender al chico; necesita, antes que nada, amar y comprender al universo.
María Montessori
• Estudia como si fueras a vivir siempre, vive como si fueras a morir mañana.
María Mitchell
• Uno de los principales objetivos de la educación debe ser ampliar las ventanas por las cuales vemos al mundo.
Arnold Glasow
• Renunciar a sus propias necesidades, y adaptarse a las del ser, en vías de formación, es la línea de conducta que debe seguir el adulto consciente.
María Montessori
• El patrón a quien sirve la educadora es el espíritu del niño. Servir y servir bien, servir al espíritu.
María Montessori
La conquista de la escritura
El lenguaje hablado es un soplo que nada más puede alcanzar los oídos de los que están cerca; ésta es la razón por la que los hombres, desde la más remota antigüedad, han buscado otros medios para transmitir su pensamiento a distancias mayores y para fijar sus recuerdos.
La conquista del lenguaje escrito es, por lo tanto, mucho más grande y más importante que todas las demás para el progreso de la civilización; porque ella puede unir los pensamietos de toda la humanidad a raves del desarrollo sucesivo de las generaciones. Más allá del tiempo, más allá del espacio.
Si el hombre es superior a los demás animales, que no tienen un lenguaje articulado, el que además puede leer y escribir es superior a los demás hombres que solamente pueden hablar. Quien es capaz de escribir, posee el lenguaje necesario para la cultua de nuestros tiempos. Por tanto, el lenguaje escrito no puede ser considerado simplemente como una materia de estudio y una parte de la cultura; es una caracteríasitca del hombre civilizado.
(Formación del hombre, M. Montessori)
Crear un orden interno por medio de límites claros
Cuando es necesario que los niños realicen actividades que son parte de su responsabilidad, no debemos esperar. La instrucción se da una vez y el niño debe reaccionar en consecuencia, de manera responsable y con diligencia y premura pues él sabe que los límites deben ser respetados para su propio beneficio: se establece un orden interno que se reflejará en todas las actividades a lo largo de su vida.
OBJETIVIDAD Dar las instrucciones precisas de lo que pretendemos que sea realizado le da al niño una base para comenzar a desarrollar la tarea. Un límite bien especificado con frases cortas le ayudan en el seguimiento de instrucciones: “Respeta a tus compañeros”, “baja la voz cuando estés en el ambiente”. “Habla bajito en una biblioteca”; “da de comer al perro ahora”; “agarra mi mano para cruzar la calle” son algunos ejemplos de formas que pueden aumentar sustancialmente la relación de complicidad con tu hijo.
OPCIONES LIMITADAS En muchos casos dar a los niños una oportunidad limitada para decidir como cumplir sus responsabilidades les hace sentir la libertad de elección. “Es hora de trabajar, ¿prefieres empezar con matemáticas o con inglés?”, “Es la hora de vestirse, ¿te gustaría la playera azul o prefieres elegir el color? Esta es una forma más fácil y rápida de dar dos opciones a un niño para que haga exactamente lo que queremos.
FIRMEZA En cuestiones realmente importantes, cuando existe una resistencia a la obediencia, nosotros necesitamos aplicar el límite con firmeza. Por ejemplo: “Vete a tu habitación, ahora”. “Realiza la tarea del colegio, ahora”. “¡Para!, los materiales del colegio no se lanzan”. Los límites firmes se aplican mejor con un tono de voz seguro, sin gritos pero con firmeza de voz y un gesto serio en el rostro. Los límites más suaves suponen que el niño tiene una opción de obedecer o no. Ejemplos de ligeros límites: “¿Por qué no te llevas los juguetes fuera de aquí?”; “Debes hacer las tareas de la escuela ahora”; “¿Podrías dejar de gritar?” o “Te he pedido varias veces que hagas tu trabajo escolar”. Serás de gran ayuda para el niño si aplicas un firme mandato. La firmeza está entre lo ligero y lo autoritario.
REFUERZA EN TONO POSITO Los niños son más receptivos si reciben refuerzos positivos. El niño reaccionará con mejor actitud a la frase “Habla en tono bajo” en vez de “No grites”. La palabra NO indica una actuación inaceptable, pero no explica el comportamiento que se pretende que tenga el niño.
RECUERDA LAS REGLAS Cuando decimos “quiero que apagues el video juego y hagas la tarea ahora mismo”, creamos una lucha de poderes en la que el niño tendrá una actitud defensiva. Recordar cuál es la regla y manifestar la instrucción le da un punto de partida recordándole cuál es su responsabilidad “Los videojuegos son para los fines de semana, hoy es lunes y debes hacer las labores. Apaga el videojuego y comienza tu tarea”
EXPLICA LAS RAZONES Comprender el motivo de una regla ayuda al niño a seguirla. Cuando se aplica un límite, debemos explicar la razón y el beneficio que trae para la creatura; de esta forma los niños generan una consciencia y desarrollan valores internos de conducta.
ALTERNATIVAS INTELIGENTES Cuando manifestemos una instrucción que limite una actividad, podemos darle una alternativa que compense, por ejemplo: “Si tomas este dulce antes de la comida tendrás menos hambre y no comerás todo, pero puedes tomar el postre al final”. Sonará menos negativo y tu hijo se sentirá compensado. Al ofrecerle alternativas, el niño siente que sus deseos y sentimientos son reconocidos y aceptados, pero que hay momentos para poder realizarlos.
CONGRUENCIA EN LAS RUTINAS Una regla puntual es esencial para que pueda ser puesta en práctica el límite, pero es indispensable tener rutinas precisas que se sigan también con puntualidad, la flexibilidad en las rutinas invita a la resistencia y no ayuda a construir hábitos. Dar oportunidades para dar vuelta a los límites variando los horarios y rutinas establecidas, es como aceptar que pueden obedecer según sus deseos.
DESAPRUEBA LA CONDUCTA, NO AL NIÑO Es de suma importancia dejar en claro que el acto es lo que no te gusta, su conducta es lo que desapruebas, no a él. El mensaje que recibe al escuchar “Eres mentiroso” es destructivo, en cambio “Eso que estás diciendo es una mentira”; el niño comprende que no es malo, sino que está mal lo que hace.
CONTROLAR TUS EMOCIONES LE DA PATRONES DE CONDUCTA La disciplina consiste en enseñar al niño cómo debe comportarse y el ejemplo más cercano lo recibe del adulto que imparte la disciplina; por lo tanto, no podemos ser eficaces si no aprendemos a manejar nuestras propias emociones. Encontrar la calma y tranquilizar los sentidos nos ayuda a pensar y razonar lo que estamos por decir. Somos la guía que él sigue, el ejemplo inmediato.
Como en todo, la práctica hace al maestro. Observarnos mientras estamos impartiendo disciplina nos ayuda a mejorar nuestra forma de transmitir lo que pretendemos que realicen los niños. Escuchar a quienes nos observan nos ayuda a ver lo que no podemos notar de nosotros mismos. La cooperación entre la familia, entre la escuela y la familia, entre los colegas maestros, nos da puntos de objetividad desde ángulos que quedan fuera de nuestro alcance.
Cuando los límites son firmes, claros y constantes, el niño sabe que no puede hacer lo que quiere pero aprende a querer lo que hace.
Disciplina con amor, generando verdadera libertad
La humanidad continuará a estar constituida por mucha gente que habla de libertad pero por pocos hombres libres. Si el fin de la educación es la liberación como reconstrucción, el medio no puede ser diferente del resultado. La libertad no es la verdadera finalidad de la educación, sino la creación de niños que serán adultos menos infelices capaces de cambiar el mundo. La finalidad es cósmica, la libertad es el medio para llegar a obtener ese resultado.
La libertad no coincide con la ausencia de lazos, equivocadamente se piensa que los vínculos nos unen a las cosas que amamos más y por lo tanto, limitan nuestra libertad. Amamos más las cosas que nos cuestan un sacrificio y nos sacrificamos por aquello que amamos. Son justamente esos sacrificios, esos lazos, esos límites, lo que nos hacen apreciarlos más. Es por eso que la libertad de elección del niño necesita un ambiente preparado según la edad, para poder encontrar oportunidades de elección de acciones que lleven a un aprendizaje. Un ambiente en el que se encuentran los demás, los maestros que representan los vínculos y las posibilidades de ser libre.
La libertad del niño debe tener como límite el interés colectivo y como forma aquello que llamamos educación de los buenos modales. Los buenos modales no están contra la libertad. La libre exploración de los materiales variados no tiene por qué causar molestia a los demás, y mucho menos a aquellos que los usan, este tipo de costumbres no se opone a la creatividad. La creatividad infinita del lenguaje es posible porque existe un código de reglas precisas, la libertad existe porque tiene vínculos previamente elegidos y por lo tanto, aceptados. Es por eso que la libertad educativa bien entendida no produce el caos sino la concentración, el trabajo no produce anarquía sino disciplina y como se verá más adelante, la obediencia. En los inicios parecía imposible que un grupo numeroso de niños pudieran estar trabajando sin la guía de una maestra, sobre todo si se trataba de niños entre los 3 y 6 años.
Para obtener la disciplina, la pedagogía Montessori da libertad. La disciplina inicia con la concentración en un trabajo correspondiente a una sensibilidad espiritual. El mismo instinto que lleva a los niños a defender enérgicamente su secreta espiritualidad, su misteriosa obediencia a la voz que los guía y que cada uno de ellos pareciera escuchar dentro de ellos mismos, esa fuerza que los lleva a someterse a la autoridad exterior como para estar seguros de seguir el camino correcto.
Concentrado en su trabajo, el niño pide a la maestra la aceptación que con toda seguridad no buscará más adelante. Cada vez más concentrados y sociables, los niños se tornan más disciplinados y obedientes, pero también es el momento en el que el niño no tiene ya la necesidad de la autoridad externa, puesto que la disciplina emerge espontáneamente dentro de él. Es este el período en el que se establece la disciplina, una forma de paz activa de obediencia y de amor en los que el trabajo se perfecciona y multiplica. Nadie le dice al niño qué cosa debe hacer en cada momento. La libre elección del trabajo lleva intacta en sí misma su carga de provocación.
La disciplina de la libertad es la disciplina espontánea que se realiza como fruto de la libertad.
“El niño padre del hombre” Raniero Regni.
De diez en diez, la “Torre Rosa” y la “Escalera Café”
Entre los materiales sensoriales Montessori que más gustan a los niños están La Torre Rosa y La Escalera Café. No hay ambiente en el que no sean trabajados por lo menos una vez al día por alguno de los pequeños. A simple vista, pareciera un material de cubos de construcción, sin embargo, encierra misterios matemáticos y de lenguaje que van más allá de los simples bloques de construcción de madera con los que juegan los niños pequeños.
El cubo más grande de la torre rosa mide 10x10x10 cm, ¡bastante grande y muy pesado para una manita de tres años! Contrastando, el más pequeño mide 1x1x1 cm. El prisma de la escalera marrón más grueso mide 20x10x10 cm y el más delgado 20x1x1 cm. Comenzando desde el punto visual, el niño encuentra los contrastes, una vez que toma en sus manos los materiales, se percata de la diferencia de peso.
A partir de estos materiales, el niño desarrolla varias habilidades y sentidos, es capaz no sólo de reconocer sino de notar, comparar y por lo tanto razonar las diferentes medidas y pesos.
Al discriminar los tamaños, está desarrollando el sentido de la vista, va del más grande al más pequeño. La coordinación ojo-mano se desarrolla la tener que formar la torre con precisión, la coordinación gruesa se ve fortalecida al tener que transportar las barras y cubos de un lugar a otro en el ambiente. Todo esto, en medio del silencio y orden, lo que desarrolla la capacidad de trabajar concentrados.
También el lenguaje se beneficia con este ejercicio, ya que el niño aprende las palabras para describir, comparar y discriminar dimensiones y pesos. Grande, pequeño, pesado, ligero, grueso, delgado. Dos manos para transportar “el más grande”, mucha fuerza para transportar “el más pesado” ¡la pinza de sus dedos para colocar “el cubo más pequeño”!
Si analizamos más profundamente, existe un desarrollo indirecto de la mente matemática que se prepara para el sistema decimal y la geometría. Diez cubos y diez barras. Sus medidas van disminuyendo de diez a uno. El control del error del material es maravilloso pues el niño logra notar cuando no ha seguido la secuencia de tamaños y la comparación de dimensiones entre cubos y barras cuyas caras “caben” perfectamente.
Los materiales de desarrollo Montessori encierran tesoros que el niño descubre con amor ¡todos los días!
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