A decalogue by Maria Montessori
1. Never touch the child unless invited by him (in some form or the other).
2. Never speak ill of the child in his presence or absence.
3. Concentrate on strengthening and helping the development of what is good in the child so that its presence may leave less and less space for evil.
4. Be active in preparing the environment. Take meticulous and constant care of it. Help the child establish constructive relations with it. Show the proper place where the means of development are kept and demonstrate their proper use.
5. Be ever ready to answer the call of the child who stands in need of you and always listen and respond to the child who appeals to you.
6. Respect the child who makes a mistake and can then or later correct himself, but stop firmly and immediately any misuse of the environment and any action which endangers the child, his development or others.
7. Respect the child who takes rest or watches others working or ponders over what he himself has done or will do. Neither call him, nor force him to other forms of activity.
8. Help those who are in search of activity and cannot find it.
9. Be untiring in repeating presentations to the child who refused them earlier, in helping the child acquire what is not yet his own and overcome imperfections. Do this by animating the environment with care, with restraint and silence, with mild words and loving presence. Make your ready presence felt to the child who searches and hide from the child who has found.
10. Always treat the child with the best of good manners and offer him the best you have in yourself and at your disposal.
When grace and courtesy prevail
Montessori philosophy focuses on the education and development of the whole child.
One of the difference ways of teaching in a Montessori classrooms are the daily lessons and practice in Grace and Courtesy toward each other.
Children learn to love each other and to respect their environment by doing it in a natural way. Adults may think these are “rules” for the child is just a style of life. Some lessons in Grace and Courtesy are:
Giving eye contact
One person speaks at a time
Making requests, instead of demands (Would you be willing to…?)
Practice giving and receiving compliments
Saying please and thank you
Holding the door and gate for one another
Waiting turns in line patiently
Asking someone permission before helping, rather than assuming they cannot do it
Coughing into the arm
Introducing self and practicing greetings
Answering the telephone
Frequent hand washing
Working quietly
Maintenance of our classroom and outdoor environment
Picking up litter around school grounds
Stopping the game at recess when someone falls down and offering help up
Loading the school bus back to front and unloading from front to back
How to carry a chair safely and in silence
How to sit properly in the clasroom or anywhere else
The importance of being quiet at the theater during a live performance
Being respectful of nature
Being respectful of ourselves and others
Table manners
How to join in a game
How to include someone in a game
How to follow the rules in a game
How to take turns
Helping someone when they are hurt
Understanding and respecting that different cultures have different traditions and customs
When children understan that being polite, kind, helpful, respectful, and courteous is always in everyone’s best interest and brings happines for everyone.
Basar la educación en el potencial del niño
“El niño, con su enorme potencial físico e intelectual, es un milagro frente a nosotros. Este hecho debe ser transmitido a todos los padres, educadores y personas interesadas en niños, porque la educación desde el comienzo de la vida podría cambiar verdaderamente el presente y futuro de la sociedad.
Tenemos que tener claro, eso sí, que el desarrollo del potencial humano no está determinado por nosotros. Solo podemos servir al desarrollo del niño, pues este se realiza en un espacio en el que hay leyes que rigen el funcionamiento de cada ser humano y cada desarrollo tiene que estar en armonía con todo el mundo que nos rodea y con todo el universo.”
La mente absobente,
María Montessori.
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Cuando hay amor: Una anécdota
En la primera edición de su libro La Mente Abosrbente, la Dra. Montessori nos relata la anécdota divertida de un hombre joven que buscaba esposa.
Por supuesto, las ofertas no eran pocas, las jóvenes que deseaban casarse con el apuesto y bien posicionado joven eran muchas, así que, al momento de tomar una elección para empezar a frecuentar a una de ellas, el jóven comenzó a preguntar referencias sobre las candidatas.
Entre tantas chicas, una destacaba por sus cualidades. De ella se decía que contaba con una extremada buena educación. El joven a quien se le hacía la oferta dijo: “eso no cuenta” y escribió un cero delante del nombre de la señorita en cuestión.
Alguien más opinó: “esta novia es la más hermosa de todas las doncellas”, mas la respuesta del joven fue: “eso no cuenta_cero”. Después, uno más dijo: “es una intérprete de lo más lograda, cantará y tranquilizará sus nervios además de que entretendrá a sus invitados”; otra vez él dijo: “nada, no vale nada”.
Luego alguien tuvo la brillante idea de decir: “tiene la piel más tersa de todas las pieles”, a lo que él contestó: “nada” y otro dijo “es una excelente cocinera, elabora exquisitas delicias culinarias”, nuevamente “nada”. “Maneja excelentemente, lo llevará y lo recogerá” y una vez más registró otro cero delante del nombre de la posible novia. “Es una artista en decoración de interiores y en el arreglo persona”, tampoco se impresionó: “cero”.
Así siguieron enumerando muchas cualiades de esta joven, pero al final de todas estas cosas de las que decía que no significaban nada, alguien dijo “es la más amorosa de todos los seres”. El joven se quedó pensativo por un momento y dijo: “eso es algo”, después escribió un uno a la izquierda de todos los ceros que había anotado frente al nombre de la doncella.
A partir de esa cualidad, todos los logros y cualidades que no habían sido tomadas en cuenta, tomaban valor de ese uno. El valor de esa joven que parecía nulo, cuando se mencionó esa palabra redentora, se volvió infinitamente grande.
De esta forma sucede también con la civilización, todos los logros son nada y conducen a la destrucción, pero si hay amor, adquieren un gran valor.
Niños… un valioso tesoro
“El niño, tal como debería ser: un trabajador incansable, un niño tranqilo que se esfuerza al máximo, que intenta ayudar a los más débiles sin olvidar que debe respetar la independencia de los demás; ciertamente, el verdadero niño.
La infancia es un estad de constante crecimiento y transformación; la dinámica de la vida interiorconstantemente implusa al niño a nuevas conquistas, cuatitativas y cualitativas; mientras que el adulto es impulsado más bien a preservar o que ha adquirido.”
Educar para un Mundo Nuevo.
María Montessori
Fotos: Cortesía de Anne Gayley Gabbert
Maestra de inglés, Casa de los Niños.
Infancia y sociedad, el placer de la convivencia
De acuerdo con Montessori, en la educación infantil reside el secreto para resolver los problemas de la convivencia entre los hombres. Esos problemas políticos que se presentan, anudados a los de la búsqueda de frentes de energía, como problemas de época pueden comenzar a encontrar una solución en la relación humana mínima de una pequeña sociedad de niños. En Montessori resuena la misma preocupación de un maestro de etología: “la necesidad de comprendernos a nosotros mismos nunca ha sido tan imperiosa como hoy, porque una humanidad dividida por los conflictos ideológicos y en lucha por la sobrevivencia. El hombre, creatura que está en grado de mandar sondas a
Marte y Venus y de transmitir desde el cosmos imágenes de Saturno y Júpiter, es impotente frente a sus propios problemas sociales… Siempre tratando de alcanzar la paz y siempre enredado en conflictos, mientras que el control de la población parece resbalársele de las manos”.
Las relaciones humanas, aquellas que abstractamente y teóricamente son llamadas relaciones yo-los otros, se caracterizan por la ambivalencia “Ne tecum ne sine e vivere possumus”: el epigrama de Marziale nos da muy bien la idea de contrariedad de la relación del hombre con el hombre. El hombre tiene la necesidad de otro hombre, pero corre siempre riesgos, es un reto, en cada caso representa siempre un problema. Vale para las relaciones humanas, la anécdota que cuenta Schopenahuer sobre dos puercoespines: sorprendidos por el frío del invierno los dos animalitos se refugiaron juntos en una madriguera, pero… si estaban muy juntos se picaban y si estaban lejos porían de frío; el conflicto de la vecindad y la soledad y lejanía. Y, sin embargo, el hombre posee códigos de comunicación analógica, ya sea de comunicación numérica, otros de comunicación verbal o no verbal; es más, ¡es el inico organismo conocido que use módulos de comunicación analógica o numérica! Es como dicta el primer axioma de la pragmática de la comunicación humana: “no se puede no comunicar”. Entonces, la relación puede favorecer a estos potentes módulos comunicativos. Pero ¿por qué es tan fácil comunicar y es tan difícil comprender? Esto puede suceder porque existe en la comunicación humana un elemento perenne de inquietud que hace de la comunicación un evento altamente improbable. En el paraíso del entendimiento, sostiene N. Luhmann, se anida siempre la serpiente del desconocimiento y la frialdad. Ya Hegel había sostenido que es difícil tener algo en común en la cuarta interiorización de la consciencia, eso expone a la paradoja que la sinceridad puede ser incomunicable, porque en el momento en que se convierte en pragmática, viene planeada y pierde parte de la inmediatez necesaria para la sinceridad.
Partimos de la presunción de ser comprendidos más de lo que en verdad somos. En realidad nunca estamos verdaderamente seguros de que aquello que queríamos comunicar fue interpretado y recibido correctamente en su
totalidad. Es por ello que la comunicación oscila entre la necesidad que tenemos del otro, porque no hay un YO sin un TÚ, lo que lleva a la conclusión de que la experiencia no es un hecho solitario; se queda como un enigma, un reto, un riesgo, un problema, porque, como ser humano, no se es jamás banal.
Encontrar a otro quiere decir poder despertar del enigma. Esto se debe al hecho de que en el centro de cada persona hay un elemento no comunicado, constantemente desconocido, inviolable Por esta razón, en parte, cada hombre
permanece como un extraño para sí mismo, es este el silencio central que nace justamente de la posibilidad de comunicación. Tal vez aquello que queda por hacer es una infinita aproximación, un continuo ejercicio de descubrimiento del otro y de uno mismo.
Texto: Raniero Regni Infancia y sociedad en María Montessori, el niño padre del hombre
Fotografías: Anne Gayley Gabbert, maestra de inglés de Otoch Paal
Dyos bo’otik (gracias)
María Montessori tenía una sociedad ideal en el corazón, la llamaba “sociedad por cohesión”, una comunidad integrada por seres conscientes de su lugar en el cosmos y su tarea para la ayuda a la vida.
Queremos agradecer a la Comunidad Montessori de México la ayuda que nos brindan. Cuando muchos granitos de arena se juntan, forman inmensas playas hermosas como las de nuestro Akumal.
Abiertos para recibirlos cuando quieran, aquí en nuestro espacio virtual o en cuerpo y alma en nuestro colegio, les damos un gran abrazo.
Dyos bo’otik,
Niños de Otoch Paal
Movimiento que desarrolla habilidades en un ambiente preparado
Todos los organismos, lenguaje, coordinación de movimiento, creación en el medio ambiente, etc., son desarrollados por separado uno del otro. Es por eso que el niño que está desarrollando el lenguaje, no está desarrollando sus pies para caminar. Luego comienza a mover sus manos y a usarlas activamente, sus pies no se usan. Cuando empieza a orientarse en el medio ambiente, no está desarrollando su lenguaje o su habilidad para caminar, etc. Todo el desarrollo se da por separado y es característico y específico en ciertos periodos. Es lo mismo con el desarrollo psicológico. Los órganos de la personalidad se desarrollan de manera independiente uno del otro. Después todos se unen al servicio del individuo. Tenemos desarrollo independiente y después unificación de nuestras adquisiciones. Todos estos desarrollos son conquistas de nuestro individuo, especialmente aquellos que se refieren a la unificación de la personalidad. Puedes tener un desarrollo pobre en una cosa, por ejemplo lenguaje. El lenguaje se desarrolla de diferentes maneras, esta es la parte interna, la cual es mucho más rica que la parte externa. Podemos tener pobreza en la parte del desarrollo interno o correlación incorrecta con el mecanismo externo del habla, dando imperfecciones en la pronunciación, tartamudeo, etc. Podemos tener imperfecciones similares en el desarrollo de las manos. Algunos niños pueden usar sus pies bien, correr rápidamente, etc., mientras que no son capaces de usar sus manos correctamente.
El niño tiene todas estas habilidades potenciales las cuales pueden ser desarrolladas tan bien o tan mal, pero son desarrolladas de manera separada. Cuando el periodo para el desarrollo de cada una de ellas se termina, el niño se establece en el medio ambiente y todas sus adquisiciones son usadas y unificadas. Este es un periodo de gran actividad. Si el niño no tiene oportunidad para la actividad, los diferentes órganos que se han desarrollado de manera separada, se quedan separados, no se unifican. No hay unificación de la personalidad, vemos a la inteligencia actuar sin propósito. Los movimientos también son sin propósito, la mente y el cuerpo no están correlacionados. El movimiento no está correlacionado con el propósito. Mente y cuerpo no están correlacionados. La inteligencia va sola y el movimiento va solo. Los niños que no pueden utilizar movimientos coordinados para un propósito inteligente, destruyen todo. Quiebran todo porque la actividad muscular no está correlacionada con la mente. Si se desea que más tarde el individuo logre actuar con propósito en el ambiente, todas sus capacidades deberán fundirse, unirse, deberán actuar juntas en unidad. La inteligencia y el movimiento deben actuar juntos. Entonces todas las diferentes habilidades son desarrolladas de manera separada y luego deben de ser unidas en la individualidad. Estos poderes son unidos en un nivel bajo y luego el individuo debe de tener las oportunidades para desarrollarlas a un nivel alto.
Los niños deben de ser motivados y estimulados a desarrollar el medio ambiente. Si no hay motivación y no hay estimulo ellos se convertirán en seres apáticos, melancólicos y sin interés. No desarrollaran la totalidad de su responsabilidad.
“Conferencias de Maria Montessori, Londres 1946”
Fotografía de Maribel Martínez.
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