Cuando hay amor: Una anécdota
En la primera edición de su libro La Mente Abosrbente, la Dra. Montessori nos relata la anécdota divertida de un hombre joven que buscaba esposa.
Por supuesto, las ofertas no eran pocas, las jóvenes que deseaban casarse con el apuesto y bien posicionado joven eran muchas, así que, al momento de tomar una elección para empezar a frecuentar a una de ellas, el jóven comenzó a preguntar referencias sobre las candidatas.
Entre tantas chicas, una destacaba por sus cualidades. De ella se decía que contaba con una extremada buena educación. El joven a quien se le hacía la oferta dijo: “eso no cuenta” y escribió un cero delante del nombre de la señorita en cuestión.
Alguien más opinó: “esta novia es la más hermosa de todas las doncellas”, mas la respuesta del joven fue: “eso no cuenta_cero”. Después, uno más dijo: “es una intérprete de lo más lograda, cantará y tranquilizará sus nervios además de que entretendrá a sus invitados”; otra vez él dijo: “nada, no vale nada”.
Luego alguien tuvo la brillante idea de decir: “tiene la piel más tersa de todas las pieles”, a lo que él contestó: “nada” y otro dijo “es una excelente cocinera, elabora exquisitas delicias culinarias”, nuevamente “nada”. “Maneja excelentemente, lo llevará y lo recogerá” y una vez más registró otro cero delante del nombre de la posible novia. “Es una artista en decoración de interiores y en el arreglo persona”, tampoco se impresionó: “cero”.
Así siguieron enumerando muchas cualiades de esta joven, pero al final de todas estas cosas de las que decía que no significaban nada, alguien dijo “es la más amorosa de todos los seres”. El joven se quedó pensativo por un momento y dijo: “eso es algo”, después escribió un uno a la izquierda de todos los ceros que había anotado frente al nombre de la doncella.
A partir de esa cualidad, todos los logros y cualidades que no habían sido tomadas en cuenta, tomaban valor de ese uno. El valor de esa joven que parecía nulo, cuando se mencionó esa palabra redentora, se volvió infinitamente grande.
De esta forma sucede también con la civilización, todos los logros son nada y conducen a la destrucción, pero si hay amor, adquieren un gran valor.
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