Ann, Helen y María: maestras de vida
Helen Keller, quien se refirió a sí misma como un “producto de Montessori” y su maestra Anne Sullivan le regalaron esta fotografía a la Dra. Montessori en julio de 1913 como agradecimiento y testimonio de los logros y hazañas pedagógicas logradas.
María Montessori se refiere a Hellen Keler y Ann sullivan en el prefacio de su Manual Personal (Nueva York 1914), en el que escribe:
“Si un prefacio es una luz que debe servir para iluminar el contenido de un volumen, elijo, no palabras sino figuras humanas para ilustrar este pequeño libro destinado a entrar en contacto con las familias en las que los niños están creciendo. Por lo tanto, recordar aquí, como un símbolo elocuente, a Helen Keller y a la señora Anne Sullivan Macy, que son, por su ejemplo, maestras, adornos del milagro en la educación viviente.
De hecho Helen Keller es un maravilloso ejemplo del fenómeno común a todos los seres humanos: la posibilidad de la liberación del espíritu del hombre a través de la educación de los sentidos. Aquí radica la base del Método de la educación del que el libro da una idea sucinta.
Si uno solo de los sentidos fue suficiente para hacer de Helen Keller una mujer de cultura excepcional y una escritora, ¿quién mejor que ella puede demostrar la potencialidad de este método de enseñanza que se basa en los sentidos? Si Helen Keller logra a través de regalos naturales una concepción elevada del mundo, ¿quién mejor que ella para demostrar que en el hombre está el espíritu dispuesto a revelarse?
Helen, acerca a tu corazón a estos pequeños niños, ya que, mejor que todos los demás, te entenderán. Ellos son tus hermanos menores: cuando, con los ojos vendados y en silencio, tocan con sus manos pequeñas, surgen profundas impresiones en sus conciencias, y exclaman con una nueva forma de felicidad: “Yo veo con mis manos.” Ellos solos, entonces, pueden comprender plenamente el drama del misterioso privilegio que tu alma ha conocido. Cuando, en la oscuridad y en silencio, su espíritu queda libre para expandirse, su energía intelectual se redobla, se vuelven capaces de leer y escribir sin haber aprendido, casi como si fuera por intuición, ellos, sólo ellos, pueden comprender, en parte, el éxtasis con el que Dios te obsequió en el luminoso sendero del aprendizaje.”
Durante sus observacdiones durante la Pan-American Exto, Anne Sullivan, comentó, refiriéndose a su método de enseñanza y al de María Montessori: “A esa maravillosa mujer, la Dra. María Montessori, pertenece el honor y la eterna gratitud de la humanidad por haber sistematizado estas ideas de la educación y plasmarlas en su libro,… un libro que es a la vez un emocionante documento humano, un libro de texto científico, una profecía y una antorcha para todos aquellos cuyo trabajo es enseñar a los niños pequeños. La Dra. Montessori aprendió, como yo aprendí, y como todo profesor debe aprender, que sólo mediante la libertad pueden los individuos desarrollar auto control, independencia, fuerza de voluntad e iniciativa. No hay educación si no es auto – educación. No hay disciplina efectiva si no es autodisciplina. Todo lo que los padres y maestros pueden hacer por el niño es rodearlo de condiciones adecuadas. Él hará el resto; y las cosas que haga por sí mismo serán las únicas que realmente cuenten en su educación.”
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