Empezamos nuestro período de observaciones. Invitamos a los padres de familia a anotarse en la libreta que está en la oficina, para venir al Colegio a observar los ambientes en los que cada día los niños trabajan en armonía y aprenden a través de ejercicios que desarrollan lo mejor de ellos. Les invitamos a observar, como diría la Dra. Montessori “La creación del Hombre”, ya que en cada momento, el niño crea al hombre del futuro.
“Sólo tenemos que mirar una civilización para darnos cuenta de la grandeza de que cada hombre es capaz. Pero, estamos centrados en los errores y equivocaciones, más no en su grandeza. La falta está en nosotros mismos. Piensa, cuántas cosas el hombre ha creado, la radio, sólo por mencionar únicamente una. Miremos a nuestro alrededor todo lo que tenemos, pequeño, grandioso o hermoso que ha sido creado por el hombre. Sin embargo, al seguir pidiendo más, nos olvidamos de pensar en el hombre creador, no viene a nuestra consideración para nada. A pesar de tratar de conseguir todo lo que se pueda para nuestra comodidad, el hombre no toma en cuenta la grandeza del hombre, él sólo considera los defectos. Al hombre, al creador de todo, no lo consideramos. Por lo tanto, yo digo que, debemos volver a re-orientar nuestros corazones. Tenemos que considerar las creaciones del hombre como el centro y no sus defectos.
La misma actitud debemos tener también con el niño. Cuando vemos el milagro del niño caminando, no lo notamos, debido a que es algo que vemos que ocurre a diario, mientras que corregimos todos sus pequeños deslices. ¡La vida sería más plena y más rica si viéramos al niño en toda su grandeza, con toda su belleza, en vez de todos sus pequeños errores! Sin embargo, aparecen enormes ante nuestros ojos, tanto que llegan a convencernos en lugar de darnos cuenta de la infamia que cometemos al aceptarlos. Nuestro objetivo es estudiar al niño desde este punto de vista, con este cambio en nuestros corazones. A través del estudio del niño, durante la evolución de sus diferentes fases y en la observación de todos sus milagros, llegaremos a caer en la cuenta de cómo el hombre alcanza sus diferentes etapas a través del niño que lo construye.
Debemos dar la ayuda necesaria a este desarrollo, a esta fuerza milagrosa. Necesita la calidez de nuestro corazón, nuestra comprensión. Llamemos a esta ayuda educación.
Educación es la ayuda que debemos dar a la vida para que pueda desarrollarse en la grandeza de sus poderes. Mediante la educación seremos capaces de ayudar a esas grandes fuerzas que posee el niño al nacer inerte, insensible y con inteligencia en potencia; sus herramientas que le dan la grandeza de convertirse en adulto. Este deberá ser el plan de nuestra educación, para ver qué ayuda podemos brindar.
Antes de que podamos brindar ayuda debemos comprender, seguir mediante la observación el camino de la infancia a la edad adulta. Si podemos entender, podemos ayudar y esta ayuda debe ser el plan de nuestra educación. Basarnos no en sus defectos, sino su grandeza.” M. Montessori.
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Articulo original http://comunidad.montessoridecancun.com/component/content/article/419