Celebrando 10 años de Educación por la Paz

Paz … Pretenciosa palabra… Anhelo que invade en la zozobra.

Todos la imploramos y sin embargo, todos la rechazamos y en algún momento de nuestras vidas, no solo la ignoramos sino que humillamos nuestra esencia ante el egoísmo de nuestros caprichos.  ¿Son fuertes estas afirmaciones?  Tal vez… Sin embargo, escucharlas nos hará tener un momento de reflexión para poder poner un alto si es que en algún momento sentimos la ausencia de la sutil presencia de la Paz en nuestras vidas.

La humanidad aclama siempre a quienes de una u otra forma manifiestan el deseo transformándolo en acciones que trascienden.  María Montessori vivió tiempos difíciles y uno de sus más profundos deseos era que los niños pudieran crecer en un ambiente que les permitiera desarrollarse libres de egoísmos, de caprichos, de prepotencias creadas por quienes buscan sobresalir a través del poder.

Desde hace 10 años Otoch Paal abre sus puertas con el firme propósito de procurar espacios que promuevan un ambiente armonioso, en el que la esencia de cada uno de los niños, pueda manifestarse. Al entrar a los ambientes, se percibe la suave caricia del murmullo armonioso con el que los niños manifiestan su constante creatividad. Durante los tiempos de recreo, los niños explotan compartiendo la generosa energía que los impulsa a hacer. Es una auto-construcción constante de seres humanos en ambientes pacíficos.

Las mesas de la paz son, en cada ambiente, rincones que, si bien se visitan con mucha frecuencia, van trazando surcos profundos que marcarán la personalidad de los niños: se crean seres reflexivos, que escuchan las razones del otro, que saben manifestar las propias y que pueden llegar a acuerdos tolerando las diferencias y proponiendo puntos de encuentro.

Celebrar 10 años de Educación por la Paz en Otoch Paal, es celebrar la vida, es compartir la esencia del pensamiento Montessoriano desde la raíz. Abramos nuestros corazones y continuemos en nuestro diario vivir haciendo de la Paz nuestro modo de vida. Que Montessori sea más que el nombre del colegio de los niños, que sea una filosofía de vida que se note en nuestro diario actuar como comunidad.

Vivamos transmitiendo Paz. Vivamos la Paz.